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¿Son peligrosos los coches eléctricos? Mitos y realidades sobre los coches eléctricos e incendios

En los últimos años, los coches eléctricos han ganado popularidad como una alternativa sostenible frente a los vehículos de combustión. A pesar de su crecimiento, aún persisten dudas y temores alimentados por mitos sobre los coches eléctricos que poco tienen que ver con la realidad. En este artículo desmontamos los miedos más comunes —desde el temor a incendios en coches eléctricos hasta preocupaciones por la batería, el coste o el rendimiento— para mostrar que la movilidad eléctrica es más segura, eficiente y accesible de lo que muchos piensan.

Autor
Redacción
Fecha
19 Mayo. 2025

Mito 1: "Los coches eléctricos se incendian con facilidad"

Este es uno de los mitos más frecuentes sobre los coches eléctricos. La idea de que se incendian más que los vehículos de combustión suele surgir de la repercusión mediática que tienen estos casos aislados. Sin embargo, los datos reales dicen lo contrario.

 

Según la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB), en 2022 se registraron solo 24 incendios en coches eléctricos o híbridos enchufables en Suecia, lo que equivale a aproximadamente el 0,004% del total de estos vehículos. Teniendo en cuenta que el país cuenta con más de 5,6 millones de coches y que los eléctricos e híbridos enchufables ya suponen cerca del 15% del parque móvil, la proporción resulta mínima. En comparación, los vehículos de gasolina o diésel presentaron una tasa de incendios del 0,08%, es decir, 20 veces superior.

 

En España, un informe de la Asociación AEDIVE también concluye que los incendios en coches eléctricos son mucho menos frecuentes que en los de combustión. La mayoría de los incidentes registrados se deben a factores externos, como colisiones, y no a fallos en las baterías. Además, aunque las baterías requieren ciertos procedimientos específicos en caso de incendio, los servicios de emergencia ya disponen de protocolos eficaces y cada vez más extendidos para gestionarlos sin complicaciones.

 

En resumen, los coches eléctricos no solo se incendian menos, sino que presentan un riesgo menor que los de combustión. Este mito, como tantos otros, se desmonta fácilmente con datos.

 

Mito 2: "Me voy a quedar tirado sin batería" 

Uno de los mitos más extendidos sobre los coches eléctricos es el miedo a quedarse sin carga. Sin embargo, con autonomías que superan los 300 kilómetros en muchos modelos, este miedo es infundado, sobre todo en regiones como Canarias. Con una planificación similar a la de un coche de gasolina, es perfectamente posible cubrir todos los desplazamientos diarios sin preocupaciones.

 

Mito 3: "Tardan mucho en cargarse" 

La carga depende del tipo de enchufe y del punto de recarga. En casa, una carga completa puede tardar entre 6 y 8 horas, ideal para hacerlo durante la noche. En puntos de carga rápida, el 80% de la batería se alcanza en solo 20-30 minutos. Así que no, los coches eléctricos no tardan una eternidad en cargarse.

 

Mito 4: "Cambiar la batería es carísimo y será inevitable" 

Gracias a la evolución tecnológica, las baterías de coches eléctricos duran más de lo que se cree: muchos fabricantes ofrecen garantías de 8 años y superan los 300.000 kilómetros de vida útil. Además, los precios de las baterías han bajado considerablemente, y si surge un fallo, normalmente se puede reparar un módulo en lugar de cambiarla entera.

 

Mito 5: "Son más caros y el mantenimiento es complicado" 

El mantenimiento de un coche eléctrico es mucho más barato que el de uno de combustión: no hay cambios de aceite, ni embragues, ni tantas piezas móviles. También se ahorra en combustible y muchos municipios ofrecen beneficios como aparcamiento gratuito o bonificaciones fiscales. A largo plazo, son más rentables que los de combustión.

 

Mito 6: "Instalar un punto de carga es carísimo" 

Instalar un cargador doméstico puede costar entre 600 y 1.200 euros, y existen subvenciones públicas que pueden cubrir hasta un 80% de esa inversión. Además, marcas como Audi,  Volkswagen,  Hyundai o  Škoda en Canarias, incluyen el cargador y su instalación de forma gratuita al adquirir un coche eléctrico.

 

Una vez instalado, el ahorro es claro. Cargar en casa es más barato que repostar gasolina. Por ejemplo, cargar la batería de 64 kWh de un Hyundai KONA eléctrico cuesta menos de 8 euros, mientras que llenar el depósito de su versión de gasolina puede rondar los 50 euros. Si además se utiliza una tarifa con discriminación horaria, el coste por recarga es todavía más bajo, lo que refuerza las ventajas económicas de la movilidad eléctrica.

 

Mito 7: "Son  aburridos de conducir" 

Todo lo contrario. Los coches eléctricos entregan el par motor de forma inmediata, lo que se traduce en una aceleración potente, suave y sin interrupciones. Incluso modelos familiares pueden superar en aceleración a deportivos de combustión interna. Además, el centro de gravedad bajo, derivado del peso de las baterías, y el silencio al conducir ofrecen una experiencia cómoda, ágil y emocionante.

 

Algunos argumentan que, al no tener sonido de motor, transmiten menos sensaciones. Sin embargo, la fuerza de aceleración desmiente ese mito: la aceleración media de un coche eléctrico se sitúa entre los 3 y los 6 segundos de 0 a 100 km/h, mientras que en los vehículos de combustión suele estar entre los 6 y los 10 segundos.

 

Por ejemplo, el Volkswagen ID.4 GTX, con 299 CV y 460 Nm de par motor, acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos, superando al BMW X1 xDrive28i, que con 245 CV y 400 Nm lo hace en 6,4 segundos. Esta diferencia se debe al par instantáneo del motor eléctrico, que permite al ID.4 GTX ofrecer una respuesta más rápida, incluso a pesar de su mayor peso.

 

Mito 8: "Es que no sé cómo funcionan, es muy complicado" 

Uno de los mayores obstáculos es la falta de información. Pero conducir un coche eléctrico no tiene más misterio que un automático: pisar el acelerador y disfrutar. Hay muchas guías, recursos y talleres que acompañan al usuario en la transición hacia la electromovilidad.

 

Mito 9: "¿Qué pasa con las baterías cuando ya no sirven?" 

Las baterías no se tiran ni contaminan sin más. Se reutilizan para almacenamiento energético y, al final de su vida útil, se reciclan. Actualmente ya existen plantas que recuperan hasta el 90% de los materiales, reduciendo el impacto ambiental.

 

Mito 10: "Pero la electricidad no es tan limpia" 

Aunque depende de la fuente, incluso en sistemas eléctricos mixtos, un coche eléctrico emite menos CO₂ que uno de combustión. En Canarias, el uso de energías renovables va en aumento, y quienes recargan con paneles solares pueden lograr un modelo de movilidad casi 100% limpio.

 

Mito 11: "La electricidad se va a poner por las nubes"

Es cierto que los precios eléctricos varían, pero seguirán siendo más bajos que los combustibles fósiles por kilómetro recorrido. Además, con tarifas especiales y cargando en horas valle, el ahorro puede llegar al 70% frente a un coche de gasolina.

 

Conclusión: más mitos que razones

Muchos de los mitos sobre los coches eléctricos nacen del desconocimiento o de casos puntuales amplificados. Sin embargo, la evidencia demuestra que son seguros, sostenibles, eficientes y cada vez más accesibles. Frente al reto climático y económico, apostar por la movilidad eléctrica no es solo sensato, es necesario.

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