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Probamos el nuevo Audi RS 3: más rápido, más eficaz y más purista que nunca

El renovado compacto deportivo de Audi mejora en diseño, chasis y respuesta. Lo conducimos y comprobamos de primera mano cómo se traduce en carretera.

Autor
Redacción
Fecha
16 Junio. 2025

El renovado compacto deportivo de Audi mejora en diseño, chasis y respuesta. Lo conducimos y comprobamos de primera mano cómo se traduce en carretera.

Estética más agresiva con toques funcionales

Lo primero que llama la atención al encontrarse con el nuevo Audi RS 3 es que ahora parece lo que siempre ha sido: un deportivo de verdad. El frontal ha ganado anchura visual con un Singleframe más plano y entradas de aire verticales más marcadas, mientras que en la parte trasera destaca el nuevo difusor y los embellecedores de escape ovalados. No hay adornos gratuitos: todo tiene un propósito aerodinámico o de refrigeración.

 

En la unidad que tuvimos la oportunidad de probar, equipada con el paquete de diseño RS plus en rojo, el carácter deportivo se acentuaba aún más gracias a los detalles de contraste en el interior y el exterior. Las pinzas de freno pintadas en rojo no solo aportan un toque visual llamativo, sino que reforzaban la identidad RS a simple vista.

El cinco cilindros, más vivo que nunca

Presionamos el botón rojo del volante y el 2.5 TFSI cobra vida. El motor sigue siendo uno de los grandes protagonistas del RS 3, no solo por los 400 CV y los 500 Nm, sino por la respuesta y el sonido característico de su secuencia de encendido, mejorado gracias al sistema de escape deportivo RS.

En carretera abierta, el empuje es contundente desde abajo, con una entrega lineal y muy aprovechable. El cambio S tronic de siete marchas es rápido, sin vacilaciones, y permite mantener el motor en la zona buena sin esfuerzo.

 

En conducción deportiva, el nuevo ajuste del control de chasis y del torque splitter marca una diferencia real. El coche entra en curva con más agilidad y el paso por curva es claramente más rápido que antes. Incluso en tramos mojados o de adherencia variable, la sensación de control es notable.

 

 

Interior centrado en el conductor

Al entrar, el enfoque deportivo se mantiene. Los asientos RS tipo bucket sujetan bien sin resultar incómodos, el volante achatado se siente firme y la microfibra Dinamica aporta buen agarre. Todo está orientado a la conducción: el Virtual Cockpit plus y su cuentarrevoluciones estilo “Runway” facilitan la lectura rápida, mientras que la pantalla central permite ajustar desde la firma lumínica diurna hasta parámetros del chasis.

 

Lo más llamativo en parado es el acabado general. Se percibe un salto en calidad de materiales y acabados, con detalles en carbono y ambientación cuidada, aunque sigue predominando la funcionalidad. En este caso, el techo panorámico corredizo añadía una mayor sensación de amplitud y luminosidad al habitáculo, sin comprometer la rigidez del conjunto.

Comportamiento que transmite confianza

El mayor cambio respecto a la generación anterior es lo que transmite al conductor. Antes el RS 3 era muy efectivo, pero podía sentirse algo subvirador o neutro en exceso. Ahora, con la nueva puesta a punto y el reparto de par totalmente variable, el coche responde más a lo que haces con el volante y el acelerador.

Durante nuestra prueba en carretera de montaña, se percibe que puedes redondear las curvas con gas, incluso iniciar cierto sobreviraje si buscas una conducción más deportiva. No hay reacciones bruscas: el coche es progresivo, estable y permite ir muy rápido con confianza.

 

El modo RS Performance, accesible desde un botón en el volante, afina todos los sistemas para pista. La suspensión, la respuesta del motor, el control del par y el sonido de escape se coordinan para ofrecer la experiencia más deportiva posible. Probamos este modo en un pequeño tramo cerrado y queda claro que el RS 3 ahora está más cerca de un coche de track day que de un compacto convencional vitaminado.

 

 

¿Y en el día a día? Más cómodo de lo esperado

Pese a su enfoque deportivo, el RS 3 no penaliza en confort en el uso diario. La suspensión adaptativa filtra bien las irregularidades, los nuevos neumáticos de serie ofrecen buen agarre sin sacrificar confort y, en modos más suaves, el coche es perfectamente utilizable.

 

El habitáculo está bien insonorizado y el motor, en conducción normal, no invade el interior. El modo RS Torque Rear y los semi-slicks quedan reservados para quien realmente quiera exprimirlo en circuito.

 

Cabe hacer una mención especial al sistema de sonido premium SONOS con tecnología 3D, que ofrece un excelente nivel de calidad durante los trayectos más tranquilos. En este entorno, el RS 3 también demuestra que puede ser un coche refinado, práctico y muy bien equipado.

Conclusión: más coche, más control, más sensaciones

El nuevo Audi RS 3 es más rápido y efectivo, pero sobre todo más comunicativo. Ahora transmite mucho más al conductor, es más preciso en curva y permite jugar con las reacciones sin perder seguridad.

Mantiene su potente motor de cinco cilindros, pero lo acompaña de un chasis más afinado, una electrónica mejor integrada y una puesta a punto que da confianza para ir rápido sin necesidad de ser piloto.

 

En resumen: una evolución lógica y muy bien ejecutada, que pone al RS 3 en lo más alto del segmento compacto deportivo.

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