Como si estuviera jugando en modo fácil a la PlayStation, Marc Márquez está buscando complicarse la vida esta temporada. Solo él sabrá si lo que quiere es achicar distancias con Valentino Rossi en las estadísticas históricas de MotoGP o si, simplemente, quiere celebrar su noveno título –con el que igualaría al italiano– lo antes posible. Pero lo cierto es que el ahora líder de Ducati va camino de igualar su mejor versión de 2014 e incluso superarla. Entonces encadenó hasta diez triunfos consecutivos y cerró la temporada con trece; en lo que va de 2025 acumula diez, lleva siete seguidos y, lo más importante, su ventaja es tal que ya sólo queda por despejar la incógnita de dónde se coronará campeón.
No va a ser este fin de semana en el Gran Premio de Cataluña. Las matemáticas no dan, pero Montmeló y su larga recta de 1.047 metros pueden ser el trampolín que lo catapulte a lograr el título la semana que viene en Misano. Sobre el papel no parece difícil porque “solo” necesita sumar diez puntos más que su hermano Álex Márquez entre el sábado y el domingo. El de Gresini Racing lleva desde antes del parón veraniego –desde Alemania– sin pisar podio, pero Cataluña es uno de esos circuitos en los que suele ser muy rápido. Todo lo contrario que Marc, que admite que es uno de esos trazados en los que no puede aprovechar sus puntos fuertes. Dados los precedentes de este año, con victorias en Assen o Red Bull Ring, sus números en Montmeló no son muy alentadores para sus rivales, porque sus dos victorias en MotoGP coinciden con los años de su mayor dominio: 2014 y 2019.
A Pecco Bagnaia también le trae buenos recuerdos Montmeló. Descartado de cualquier posibilidad de recuperar el título que obtuvo en 2022 y 2023, el italiano ha asumido que debe aprovechar lo que queda de temporada para adaptarse a la Ducati GP25. Tanto en sus declaraciones posteriores al GP de Hungría como en las previas al de Cataluña, Bagnaia insiste en que lograron un avance que le permitió pilotar de manera más natural y eso debería reflejarse en los resultados del fin de semana.
En Aprilia hay esperanzas de volver a poner en problemas a Márquez. Las RS GP suelen adaptarse bien al circuito catalán (Aleix Espargaró ganó las dos últimas ‘sprint’ y la carrera del domingo de 2023 con Maverick Viñales segundo) y esto puede impulsar tanto a Marco Bezzechi como a Jorge Martín. El madrileño vuelve al escenario en el que en noviembre del pasado año se coronó campeón de MotoGP aún con el buen sabor de la carrera de Hungría, en la que fue cuarto.
Hay buena sintonía también en KTM tras el rendimiento de Pedro Acosta en Balaton e incluso en Honda, donde Luca Marini y Joan Mir han hecho progresos con la RC213V.
Explosión de juventud en Moto2 y Moto3
En el resto de categorías todo puede pasar. No tanto en términos de campeonato, donde el liderato de Manu González en Moto2 y, sobre todo, el de José Antonio Rueda en Moto3 es firme, pero sí en cuanto al número de aspirantes a la victoria. En la anterior prueba de Balaton Park se confirmó la eclosión de dos debutantes en sus respectivas categorías. Lo de Máximo Quiles en Moto3 no fue ninguna sorpresa porque el murciano ya ganó en Mugello y ha sido segundo en cuatro ocasiones en lo que va de año; pero lo de David Alonso en Moto2 sí puede ser el despegue de quien el pasado año arrasó en la categoría de bronce.
Acostumbrado a estar en el alambre, González llega con una ventaja de 25 puntos en Moto2 por delante de Aarón Canet. Pero más que por el valenciano, debería preocuparse de Diogo Moreira, que está ya a seis puntos de Canet y, con el futuro resuelto (el año que viene competirá en MotoGP con Honda LCR), llega lanzado tras varios grandes premios.
Lo de Rueda en Moto3 es otra cuenta atrás hacia un título cantado. Son 69 puntos de ventaja sobre Ángel Piqueras, que además ha visto reducir su margen sobre Máximo Quiles en las últimas carreras. El dominio español en Moto3 es total, con David Muñoz y Álvaro Carpe completando las cinco primeras posiciones a falta de ocho grandes premios.