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Lancia y sus nombres: cómo estudiar cultura clásica a través del automóvil

Desde 1919, Lancia ha utilizado letras del alfabeto griego para nombrar sus modelos. Sin abandonar el mundo clásico, la marca utilizó nombres de vías romanas y de ciudades de la región italiana del Lacio entre 1930 y 1969. Esta original propuesta de Giovanni Lancia, estudioso de las lenguas clásicas, sigue utilizándose actualmente con los Lancia Ypsilon y Gamma.

Autor
Redacción
Fecha
20 Agosto. 2025

Lancia, una de las marcas de automóviles más emblemáticas de Italia, ha forjado su identidad no solo a través de su ingeniería innovadora, sino también mediante la elección de nombres que evocan la riqueza de la cultura clásica. Desde sus inicios, la empresa ha recurrido a diversas fuentes de inspiración para denominar sus modelos, creando un legado único en la industria del automóvil. Una estrategia coherente que se ha mantenido a través de las décadas, generando una de las sagas más antiguas en el sector.

 

El uso del alfabeto griego comenzó en 1919, cuando Giovanni Lancia, hermano del fundador Vincenzo Lancia y apasionado de las lenguas clásicas, propuso este sistema. Desde entonces, se han empleado 20 letras del alfabeto griego, incluyendo la icónica Ypsilon, que sigue en producción, y la futura Gamma, que promete continuar esta tradición. Entre 1906  y 1919, Lancia utilizó el sistema habitual de la época: los caballos fiscales, como por ejemplo, 20 HP, o un número de proyecto, como Tipo 55. La nomenclatura helénica caló tanto que se acabaron por rebautizar los modelos más antiguos, como Lancia Alfa, Beta, Gamma…

 

 

Las letras griegas mantuvieron su reinado hasta 1929, con variantes para designar las versiones más potentes o especiales de algunos modelos. Así, en la década de los 20 del siglo pasado, se comercializaron automóviles con nombres como Lancia Trikappa o Lancia Dilambda. Sin embargo, volverían a los catálogos de la marca en la década de los 70, tras la entrada del Grupo Fiat en la compañía.

 

Entre 1930 y 1969, Lancia cambió de civilización y optó por nombres de calzadas romanas y ciudades del Lacio, la región italiana donde se encuentra la ciudad de Roma. Esta elección no solo reflejaba el orgullo por sus raíces, sino que también conectaba a la marca con la grandeza del Imperio romano. En una saga que empezó con los Lancia Artena y Astura de 1931 podemos encontrar los nombre de la Vía Appia, la Vía Aurelia, la Vía Augusta, la Vía Fulvia o la Vía Flaminia.

 

 

Guiño a la mitología


Además, Lancia ha recurrido a personajes mitológicos y palabras griegas o latinas para nombrar algunos de sus modelos más destacados. Esta combinación de mitología, historia y lingüística ha permitido a la marca crear una narrativa única, en la que cada nombre cuenta una historia y refuerza su identidad como un fabricante de automóviles con un profundo respeto por la tradición y la innovación. En esta línea encontramos modelos como el Lancia Musa, el Lancia Stratos, el Lancia Phedra o el Lancia Thesis.

 

Con más de un siglo de historia, Lancia sigue siendo un símbolo de elegancia, tecnología y cultura, y sus nombres continúan siendo un tributo a las raíces clásicas que han inspirado a generaciones de entusiastas del automóvil.

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