Gabriel Marcelli, actual figura emergente del trial mundial, ha completado un ascenso meteórico hasta convertirse en piloto oficial del Repsol Honda HRC, uno de los equipos más prestigiosos de la especialidad. A sus 24 años, el gallego ya se perfila como el principal heredero de la generación dorada del trial español.
Su relación con las motos comenzó muy temprano, cuando apenas tenía cuatro años. "Mi primer recuerdo es de 2004, montando en moto por el jardín de casa", rememora Marcelli. Tras iniciarse en el motocross y el enduro, finalmente encontró su verdadera pasión en el trial, entrenando con la ayuda de su padre en circuitos improvisados.
El camino hacia la élite, sin embargo, no estuvo exento de obstáculos. En 2015, un grave accidente puso en riesgo su carrera y su futuro en el deporte. "Me rompí casi todos los huesos de la cara. Pensé en dejarlo", reconoce. Pero la pasión pudo más: tras meses de recuperación, volvió a competir y ganó en su primera carrera de regreso, un momento que marcó un antes y un después en su vida deportiva.
En 2019, Marcelli conquistó los títulos del Campeonato del Mundo de Trial2 y del Campeonato Europeo, méritos que le abrieron las puertas del equipo Repsol Honda HRC en 2022. Allí asumió el desafío de ocupar la plaza que dejó libre Takahisa Fujinami y de compartir equipo con Toni Bou, 36 veces campeón mundial.
"Tener a Toni como compañero es aprender de un referente absoluto", afirma Marcelli. La exigencia de competir contra el mejor de la historia le ha servido de estímulo para seguir creciendo. En 2023, ese esfuerzo se tradujo en un tercer puesto en los campeonatos de X-Trial y TrialGP, además de un subcampeonato en el mundial al aire libre.
La vida de Marcelli combina entrenamientos intensivos, viajes constantes y la presión de mantenerse en la élite. "Compito en tres campeonatos a lo largo del año, y a veces es muy estresante, especialmente con carreras en países distintos en días consecutivos", explica.
Fuera de la competición, Marcelli cultiva su otra gran pasión: el mundo del motor. Dedica parte de su tiempo libre a modificar coches y participar en simulaciones de carreras, una afición que le ayuda a desconectar y recargar energías.
Renovado hasta 2027 con el Repsol Honda HRC, su objetivo está claro: alcanzar el título mundial absoluto. Una meta que parece cada vez más cercana para un piloto cuya vida, como él mismo define, "gira completamente en torno al trial".
